jueves, 26 de noviembre de 2009

Entró en el baño y cerró la puerta, quedandose sola y en silencio. Comenzó a desnudarse lentamente frente al espejo, su cuerpo le recordaba que ya no era una niña y sonreía al pensarlo. Estuvo varios minutos frente al espejo, pero al fin decidió entrar en la ducha y así lo hizo. Una vez en la ducha encendió en grifo y dejo que el agua resbalara por su cuerpo, el agua caliente caía salpicando contra los cristales, los cuales no dejaban ver hacía fuera por el calor del agua. Sonreía pensando en el pasado y en que ya era una mujer casada, sonreía hasta que escucho la puerta del baño abrirse. Se relajo al diferenciarle a él y siguió duchandose, pero no se esperaba que el entrara en la ducha y la agarrara dulcemente por la cintura.
- Te quiero, enana. - Le susurró con cariño al oído. Ella se dio la vuelta y le rodeo el cuello con sus brazos, siempre sonriente.
- No soy enana, ya no. - Su tono era burlante, intentaba insinuarle algo, aún no sé el que.
Ambos rieron bajo el agua caliente de la ducha, ambos desearon que ese momento no acabara nunca.

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