lunes, 1 de marzo de 2010

Ella cerró sus ojos verdes y dejó caer una lágrima, que rodó por su mejilla manchando su dulce rostro, ocultando su apariencia fuerte.
- No sé que me pasa, pienso en ti y rompo a llorar, es como si tu fueras dolor... - Susurraba mientras se perdía en sus sabanas buscando un cuerpo paralelo al suyo, buscando a ese alguien que le causa ese dolor. - Como si tu fueras la única razón por la que vivo y estuviera a punto de morir por ver que te voy perdiendo... - Y otra lágrima rodó por su mejilla, una lágrima sincera que no salía de sus ojos, sino de su corazón.
Miraba cada rincón de su habitación, no sé que buscaba, si algún rastro de él o algún rastro de ella misma, desde aquella ultima vez que se vieron ella ha cambiado tanto, es cada vez más frágil y dulce, casi no se reconoce, aunque claro, solo ha cambiado para ella misma, sigue manteniendo su apariencia fuerte.
Se levanta de la cama y se sienta en el frío suelo de madera y sonrie, piensa y se pierde en sí misma, juega con sus rodillas, hace circulos en su piel. Recuerda sus momentos de locura con él y sueña que vuelve a estar sentada frente a él, sueña que es feliz de nuevo.