jueves, 26 de noviembre de 2009

Entró en el baño y cerró la puerta, quedandose sola y en silencio. Comenzó a desnudarse lentamente frente al espejo, su cuerpo le recordaba que ya no era una niña y sonreía al pensarlo. Estuvo varios minutos frente al espejo, pero al fin decidió entrar en la ducha y así lo hizo. Una vez en la ducha encendió en grifo y dejo que el agua resbalara por su cuerpo, el agua caliente caía salpicando contra los cristales, los cuales no dejaban ver hacía fuera por el calor del agua. Sonreía pensando en el pasado y en que ya era una mujer casada, sonreía hasta que escucho la puerta del baño abrirse. Se relajo al diferenciarle a él y siguió duchandose, pero no se esperaba que el entrara en la ducha y la agarrara dulcemente por la cintura.
- Te quiero, enana. - Le susurró con cariño al oído. Ella se dio la vuelta y le rodeo el cuello con sus brazos, siempre sonriente.
- No soy enana, ya no. - Su tono era burlante, intentaba insinuarle algo, aún no sé el que.
Ambos rieron bajo el agua caliente de la ducha, ambos desearon que ese momento no acabara nunca.

sábado, 21 de noviembre de 2009


No hagas con el amor lo que un niño con su globo, que por jugar lo pierde y por perderlo llora

miércoles, 18 de noviembre de 2009


Sus ojos verdes brillaban como nunca, sus labios estaban más rosas que de costumbre, sus mejillas sonrojadas y su alma inquieta. Era la señal de que estaba emocionada de verdad, después de tantos meses.
Su mirada se perdía en la habitación, tras unos minutos esperando esas palabras por fin sonrió y contesto a toda prisa, con los ojos llenos de lágrimas. Esperaba tanto ese momento que el tiempo se le había echo eterno. Su sonrisa era cada vez más sincera a pesar de que las lágrimas inundaban su cara de niña pequeña.
Sabía que aún no le quería, pero con paciencia podría llegar a amarle incluso. Porque siempre le pasa igual, primero viene el verbo gustar y luego todos los demás. Sabía que su ilusión era aún mayor que cuando supo que le correspondía y eso que aquella vez no paro de pensar en ello durante dos horas.
Y yo por qué cuento todo esto? Quizás porque la chica de cara de niña pequeña, ilusionada soy yo.

lunes, 16 de noviembre de 2009

- Vete, vete y no vuelvas. - Grite llorando. - Deja de hacerme daño.
El guardo silencio solo se dispuso a mirar como me derrotaba a mi misma, como me hacía daño yo sola. Parecía que estaba esperando una reacción de tonta enamorada.
- No intento hacerte daño. - Su voz era un susurro, casi parecía que le dolía a el más que a mi. Se acerco y me abrazo, dejandome llorar.
- Maldito seas, maldito seas, maldito se... - Intentaba desahogarme pegándole y insultandole, pero no servía de nada, solo podía llorar.
- Tranquila, ya estoy aquí. Prometo no volver a marcharme haciendote sufrir. - Intentaba tranquilizarme y parece que lo conseguía.
Me dejo de abrazar y caí al suelo, ya no lloraba pero sentía que todo me dolía. Se agacho y me miró sonriente.
- No seas estúpida y levantate. - Parece que me veía obligada a hacer lo que el me pedía, me levanté. - Te quiero.
- Yo también... - Se acercó a mi y me beso dulcemente en los labios.

sábado, 14 de noviembre de 2009


El silencio abundo en la habitación, como cada vez que ocurría ese acto de amor y pasión entre ellos. Ella busco su cara con las manos y la agarro suavemente, el sintió como un escalofrío sumergía sus pensamientos en un placer inigualable. El encendió la lamparita de mesa y ella sonrió dulcemente, como hizo años atrás, como la primera vez que hicieron el amor. El le devolvió la sonrisa sumergido en sus pensamientos.

Ella le abrazó y el conmovido dejo caer por sus mejillas una lágrima, ella no se dio cuenta de que su amado estaba sumergido en lágrimas saladas. Ella le miró y se dio cuenta que estaba llorando.

- Qué ocurre? - Su sonrisa dulce desapareció.

- Lo siento. - Se enjuga las lágrimas como puede y sonríe - He recordado aquel día que tu te entregaste a mi.

- No te disculpes, hace tanto de aquel día que casi parece un sueño. - Sonríe y echa su cabeza sobre su cuerpo.

- Parece pero no lo es. - Juega con el pelo de su amada. - Te quiero.

Ella guarda silencio y le dice con la mirada lo que el espera escuchar.

lunes, 9 de noviembre de 2009


Ella aún se estaba vistiendo con el pelo mojado cuando el entró en el baño, ella no le esperaba y recordó que el siempre entraba sin llamar. Él se quedo quieto mientras ella se vestía frente al espejo, miro el reflejo en el espejo de aquella hermosa chica de cabellos oscuros y ojos claros y se dio cuenta de que no había cambiado tanto desde que ella decidió hacer su vida junto a el y eso que hace ya más de diez años.
Tras terminar de vestirse se quedo inmóvil frente al espejo, esperando quizás una reacción propia de el. Él se acerco lentamente a ella y la abrazo por detrás, dejandose ver ante el espejo, ambos sonrieron y se miraron al espejo.
- Y ya hace tanto tiempo que decidimos madurar juntos - Dijo mientras sus manos se aferraban a las de su amada.
- Parece mentira que haya pasado tanto tiempo, pero aquí nos vemos. Casados y con toda una vida por delante. - Ella sonríe y hace recordar aquellas tardes en las que eran dos adolescentes que jugaban a quererse.
- Te quiero. - El suspira, hacía tanto que quería volver a decírselo
- Sabes, que yo también. - Ella no deja que su sonrisa se apague y su voz suena como una dulce melodía en los oídos de el.
Parece mentira que para ellos el final no exista en este momento, parece mentira que yo vea el amor como algo eterno.

jueves, 5 de noviembre de 2009


Podría alegrarme de que me digas Adiós, pero no es así. Desde fuera todo se ve de una forma superficial, no hay sentimientos ni lágrimas propias, pero desde dentro existe un dolor demasiado grande, unas lágrimas llenas de dolor y unas cuerdas vocales incapaces de pronunciar un Vuelve conmigo.
Nadie está en mi piel ni en la tuya, nadie sabe lo que se siente, bueno... Al menos lo que siento yo, nadie puede decir no merece la pena porque realmente no sabe lo que ha ocurrido.
Es difícil de comprender, aunque sea un problema sencillo y de fácil solución, pero ahora estamos atados por diez mil cadenas que nos hacen prepotentes y superficiales. Tus gritos son punzadas, tus ojos un camino hacia la libertad, tus labios uno de mis grandes deseos, tus manos son perfectas para recorrer mi cuerpo en noches frías y sin embargo, no hacemos nada para que sigan siendo lo que son. Puedo devolverte tu corazón intacto, pero... ¿Me devolverias el mio sin un rasguño? Está claro que no, me haces llorar y patalear y aún así te quiero como a nadie. Por una vez en tu vida, ¿puedes pensar más en NOSOTROS en vez de en tí?
Solo te pido por favor que pienses bien las cosas, no debes hacerlo a la ligera. Piensa...
¿Cuanto he arriesgado por tí?
¿Cuantas lágrimas he derramado?
¿Cuantas noches en vela he pasado?
¿Cuantas veces te he dicho sin una palabra TE QUIERO?
Podría decirte que ni yo lo sé, es difícil de contestar a esas preguntas. Me interesa más que pienses que Te Quiero y nunca me ha importado la gente, pero... Me lo haces tan difícil. No estoy pasando por buenos momentos, todo se me acumula y encima ahora esto. Yo no aguanto así.
No me digas que se ha acabado, por favor.