lunes, 16 de noviembre de 2009

- Vete, vete y no vuelvas. - Grite llorando. - Deja de hacerme daño.
El guardo silencio solo se dispuso a mirar como me derrotaba a mi misma, como me hacía daño yo sola. Parecía que estaba esperando una reacción de tonta enamorada.
- No intento hacerte daño. - Su voz era un susurro, casi parecía que le dolía a el más que a mi. Se acerco y me abrazo, dejandome llorar.
- Maldito seas, maldito seas, maldito se... - Intentaba desahogarme pegándole y insultandole, pero no servía de nada, solo podía llorar.
- Tranquila, ya estoy aquí. Prometo no volver a marcharme haciendote sufrir. - Intentaba tranquilizarme y parece que lo conseguía.
Me dejo de abrazar y caí al suelo, ya no lloraba pero sentía que todo me dolía. Se agacho y me miró sonriente.
- No seas estúpida y levantate. - Parece que me veía obligada a hacer lo que el me pedía, me levanté. - Te quiero.
- Yo también... - Se acercó a mi y me beso dulcemente en los labios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario