Y tus rayadas podrían terminar por destrozar un cuento de hadas. Ya nada es igual, me cuesta olvidar, soy yo el que está mal. No eres tú, quien llora desconsolado y a borrado los recuerdos que me dabas cuando estabas a mi lado. No eres tú, quien está medio tirado en el suelo sin consuelo en un duelo con el ego destrozado. No eres tú, quien tiene pesadillas todos los días y llora en agonías soñando lo que tenía. No eres tú el que falló y ahora cumple condena. No eres tú. nena, el que esta soy yo.
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