
El portero sonó...
- Quién es? - Respondí con voz cabreada
- Mel, puedes bajar? - Nada más escucharlo baje corriendo, casi dejandome caer por las escaleras.
Al llegar allí, abrir la puerta del portal y quedarme de piedra al ver quien era rompí a llorar, el se acerco a mi. Y yo como idiota me abrace a el llorando, dejando atrás mi orgullo.
- Tranquila, ya estoy aquí
Al despertar se había ido, solo quedaban mis lágrimas en esa fría cama.
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